lunes, 1 de agosto de 2011

Varios meses de silencio ya...


Varios meses de silencio ya , claro que solo de mi parte porque Dios siempre nos habla y nos muestra su amor. Han ocurrido tantas cosas que solo me queda sentarme a meditar y reconocer la mano poderosa de Dios en mi vida, en cada detalle a cada momento.

Hoy puedo decir que Dios sigue trabajando conmigo, renovando mi mente, mi corazón y con ello todos mis planes y mis deseos. Hace aproximadamente un año yo le dije al Señor que no solo usara mi vida, sino todo en mi ya que en realidad todo me lo ha dado él. Fue así como nació en mi corazón el abrir un grupo de estudio, lo puse en oración y hable con el director de grupos pequeños en mi congregación que se mostró muy contento y me dijo que hablaría conmigo pronto para detallar el asunto, así pasaron varios meses, él estaba muy ocupado y aunque no lo había olvidado no había podido darse el inicio al grupo, esto no me desanimó, y en efecto Dios tiene sus tiempos y nos prepara para su obra nos ayuda a pasar por pruebas.

Al iniciar el año y con todos los ajustes que se hacen en la congregación mis pastores de grupo me comentaron que ellos llevarían la organización de los grupos pequeños y de discipulado y que sabían de mi deseo de abrir un grupo en mi casa y que habían podido ver crecimiento en este año que estuve con ellos y que yo misma podría liderarlo, fue para mí un hermoso regalo de parte del Señor, poder servirle enseñando a otros sobre su palabra.

Desde entonces ha sido una enorme bendición compartir con mis hermanos, pero sobretodo verlos crecer y amar cada día más a Dios, ver como él los ha ido transformando, llenándolos de fe, como comparten de Su amor con otros, ver como dependen cada día más del Señor y de su Palabra para afrontar los retos que tienen cada día y sobretodo ver como ansían la Palabra. No puedo más que agradecer por uno de los regalos más hermosos que me ha dado el Señor el cuidado de sus ovejas y mi oración es que me permita tener el cuidado, el interés y el amor por cada una de esas personas que gozosamente crecen cada día más en el Señor.

Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. Juan 4:14

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